Wednesday, October 18, 2006

Olmert ordena a su ejército: Que nadie sea capaz de dormir en Gaza

(Fuente: El Periódico de Extremadura)

Mientras la franja de Gaza sigue sin pegar ojo, apenas sin electricidad ni agua, bajo la estrategia del castigo colectivo ordenada por el primer ministro israelí, Ehud Olmert, el conflicto desatado por el secuestro del soldado Gilad Shalit ha derivado en un claro enfrentamiento entre Israel y Hamás. Al bombardeo israelí, ayer de madrugada, de la sede del primer ministro palestino, Ismail Haniya, le siguió a lo largo del día una retahíla de amenazas del brazo armado del movimiento islamista, que citó como objetivos infraestructuras y centrales eléctricas en Israel.

Se trata, desde el punto de vista de Hamás, de hacer probar a Israel su propia medicina, después de que la aviación israelí haya bombardeado la única central eléctrica de la franja y varios repetidores, puentes, instalaciones deportivas de la Universidad Islámica, campos de cultivo y carreteras. Unos ataques que castigan a la población y que merecieron un comentario de Olmert: "Es verdad que la situación en Gaza es inconveniente. Le he dicho al Ejército que no quiero que nadie sea capaz de dormir allí para que sepan lo que nuestras comunidades en el sur sufren. Nadie muere por incomodidades, pero sí por los Qasam". Olmert se refería a los cohetes artesanales de corto alcance que han matado a cinco israelís y causado escasos daños materiales en cinco años y a los que Israel responde con mortíferos bombardeos de helicópteros, F-16 y artillería.

SIMBOLICO El ataque a la vacía oficina del primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Ismail Haniya, fue el punto más simbólico de la ofensiva israelí contra Hamás, que hasta el momento se ha saldado con dos milicianos muertos (ayer en sendos ataques en Gaza) y la detención de ocho ministros y una veintena de diputados islamistas que Israel pretende juzgar. Un sudoroso y agitado Haniya acudió dos veces a visitar la planta alta de su oficina en ruinas --una de madrugada y otra a mediodía-- y en la segunda ocasión, recorrió el edificio junto al presidente de la ANP, Mahmud Abbás, alias Abú Mazen .

Fue una visita significativa tras los desencuentros de los dos líderes, con la que ambos pretendían dar una imagen de unidad y de que los bombardeos a las instituciones son ataques contra el pueblo palestino, y no contra Hamás. "El mundo debe entender que este bombardeo es un sucio acto criminal", afirmó Abú Mazen que, pese a todo, se mostró optimista de lograr un acuerdo que acabe con la crisis.

El presidente palestino debe de ser de los pocos que no han cedido al pesimismo, después de que tanto el brazo armado de Hamás --"los hermanos egipcios han presentado un número de propuestas que no responden a las exigencias de las facciones"-- como el propio Olmert --"rendirnos hoy es una invitación a más extorsiones"-- hayan rechazado los términos de la mediación egipcia: liberar a Shalit a cambio del compromiso personal de Israel con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, de excarcelar a un número indeterminado de prisioneros. Estancadas las negociaciones, Olmert dijo ayer que "Israel hará todo lo necesario" para recuperar a su soldado.

OPERACION DE ENVERGADURA Todo lo necesario se interpreta como la operación de envergadura con la que Israel viene amenazando desde el secuestro, y que incluiría una invasión terrestre de Gaza y una ofensiva contra los líderes de Hamás. Y, mientras, Gaza sin dormir, como quiere Olmert, y en plena penuria a pesar de que ayer Israel abrió cinco horas el paso fronterizo de Karni para permitir la entrada de gasolina y alimentos.

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