Wednesday, October 18, 2006

Israel busca sucesor a su presidente, sospechoso de violación

(Fuente: Madrid Digital y El País de España)

Un presidente, Moshe Katsav, al que la policía imputa delitos de violación; un primer ministro, Ehud Olmert, dando bandazos, sin agenda política y tratando de sacar conejos de la chistera; dos ex ministros -Haim Ramon y Tzahi Hanegbi- que ayer pisaron los tribunales, el primero acusado de besar en la boca a la brava a una soldado que no accedía al deseo de Ramon, y el segundo por fraude en la designación de altos cargos; un partido, el Laborista, que es una jaula de grillos y que ha enterrado su programa social; y un líder emergente, Avigdor Lieberman, que es un campeón de la derecha más extrema y que no se corta respecto a todo lo que huela a palestino: "Hay que ejecutar a los parlamentarios árabes-israelíes por deslealtad con el Estado de Israel", dijo semanas atrás aludiendo a varios colegas de escaño. Un editorial del diario Yediot Ahoronot alertaba ayer: "Hoy Israel se halla en uno de los momentos de mayor turbación de su historia". El descrédito de su clase dirigente ha alcanzado cotas desconocidas.

No rigen los destinos del país ex generales que, cuando menos, se habían jugado el pellejo en las guerras libradas desde 1948. Y ha sido precisamente la guerra contra Hezbolá este verano la espoleta de la desafección y el desencanto. Las encuestas otorgan a Kadima la mitad de los 29 escaños con que ahora cuenta en el Parlamento; los laboristas pierden cuatro de los 19 asientos.

Mientras, la extrema derecha -Likud y algunos con tesis abiertamente racistas- se recupera y se frota las manos. Olmert rechazó una comisión de Estado independiente, a nombrar por el Tribunal Supremo, para investigar el fiasco de Líbano, y optó por crear una comisión designada por él mismo. Trata de capear el temporal, pero se le acumulan los quebraderos de cabeza.

Es por ello que el lunes Olmert invitó a todos los grupos parlamentarios a sumarse a su Gobierno. Pero el primero con el que ya ha negociado es Lieberman. El primer ministro, ya de por sí derechista, mira más a la derecha en busca de apoyos que le permitan aferrarse al sillón. Entre otros motivos, porque varios de los 19 diputados del Partido Laborista, socios en la coalición que cuenta con 67 de los 120 escaños, no le garantizan el respaldo en la aprobación de los Presupuestos.

Muchos de ellos van a su aire y el líder laborista, Amir Peretz, es incapaz de poner orden en sus filas. Así las cosas, ¿cómo se va a acordar Olmert de su promesa estrella durante la campaña electoral de marzo? La evacuación de buena parte de las colonias judías en Cisjordania y la delimitación de las fronteras con los palestinos, con o sin su acuerdo, queda en el limbo.

Ahora se propone otras metas: reformar el sistema legal para dotar al Ejecutivo de mayor estabilidad y la elaboración de una Constitución. Cuestiones de las que ni una palabra se decía en su programa de Gobierno. Y ha colocado el asunto de la capacidad nuclear iraní en el centro del debate. No hay estrategia, salvo la que concierne a la represión de los palestinos. Ayer, el Ejército mató a cuatro jóvenes en Cisjordania.Y todo apunta a una radicalización de la vida política.

El lunes, el profesor Robert Aumann, ultraortodoxo y premio Nobel de Economía en 2005, declaraba: "El deseo de vivir como el resto de las naciones nos mantendrá tal vez 50 años, si aún seguimos aquí... Somos demasiado sensibles a nuestras bajas y a las del otro lado. En la guerra de Yom Kipur murieron 3.000 soldados israelíes. Suena terrible, pero fue un pequeño cambio". Escalofriante.

Ahora, La clase política israelí se moviliza para encontrar un sucesor al presidente del país, Moshe Katzav, ante su posible inculpación por violación y acoso sexual, y el estadounidense Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz, ha sido citado como un candidato al cargo.

Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz en 1986, es según el diario Maariv la personalidad "independiente y que no pertenece al mundo político" en la cual el primer ministro, Ehud Olmert, piensa para aspirar al cargo de jefe del Estado, un puesto sobre todo representantivo y honorífico.

Pero los medios de comunicación se refieren a numerosos rivales potenciales. Los más visibles son el viceprimer ministro, Shimon Peres; el diputado del Likud (derecha) Reuven Rivlin, el ex gran rabino Meir Lau, la diputada laborista Colette Avital y el célebre escritor Amoz Oz.

Wiesel, de 78 años, un políglota que goza de gran prestigio internacional y superviviente de los campos de exterminio nazis cuya obra está consagrada fundamentalmente al Holocausto, no ha sido contactado oficialmente.Podría obtener rápidamente la nacionalidad israelí si fuese designado al cargo de primer ciudadano del país. Después de la creación del Estado de Israel, en 1948, una propuesta semejante fue hecha al científico Albert Einstein, un norteamericano de origen alemán, que rechazó la oferta porque no creía en la necesidad de crear un estado Judío excluyendo a la población palestina. Además, es necesario recordar que Israel se funda y desarrolla su historia a través del aporte de extranjeros que no tenían lazos históricos con Palestina.

El presidente israelí es elegido para un mandato de siete años por la mayoría de los 120 diputados del Knesset (parlamento unicameral). El mandato de Katzav termina normalmente en julio de 2007.

La policía recomendó al consejero jurídico del gobierno, Menahem Mazuz, quien hace las veces de procurador general, que iniciara un proceso en su contra por su presunta implicación en un grave caso de acoso sexual y de violación.Sin embargo, Katzav recibió este miércoles la acreditación de cinco embajadores extranjeros. "Estoy bien y me alegra que ustedes se interesen en este importante acontecimiento", dijo a los numerosos periodistas presentes, en declaraciones difundidas por la radio.
El martes, como si nada hubiera sucedido, Katzav participó con su esposa Gila en una ceremonia en Jerusalén para lanzar una campaña de recolección de donaciones para la investigación sobre el cáncer.
La ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, declaró públicamente que "no era nomal que Katzav continuara asumiendo su función". Al ser interrogado por la radio pública, el ministro de Justicia, Meir Sheetrit, sostuvo que antes de pensar en la sucesión de Katzav "hay que esperar primero que Mazuz decida inculparlo, y que él renuncie".

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