Hezbollah celebra en Beirut su victoria histórica sobre Israel
En su primera aparición en público, desde el inicio del conflicto que enfrentó a Israel con Hezbolá, el líder de la milicia libanesa, Sheikh Hassan Nasrallah, saludó a una multitud de simpatizantes que se reunió en el sur de Beirut, y celebró la "histórica" y estratégica victoria militar.
El líder de Hezbolá, dijo ante la muchedumbre en una reunión gigantesca al aire libre que Hezbolá aun tenía más de 20 mil cohetes, y aclaró que no se desarmaría, a pesar de las exigencias de la resolución de alto el fuego de Naciones Unidas. "No hay ningún ejército en el mundo que pueda forzarnos a dejar caer nuestras armas de nuestras manos", afirmó.
Nasrallah declaró que el grupo "ha recuperado todas sus capacidades de organización y militares" y aseguró que "es más fuerte ahora que lo que era antes del 12 de julio", día en que comenzó la guerra con Israel. De acuerdo con el líder libanés, la guerra llegó a un final, no debido al sufrimiento del pueblo libanés o a cualquier debilidad por parte de Hezbolá, sino porque "los sionistas comprendieron que de seguir, esto sería una catástrofe". Y agregó que "los estadounidenses estuvieron de acuerdo con parar la guerra, no por las mujeres, ni por los niños libaneses, ellos pararon la guerra para Israel".
En su discurso, repitió el pedio del fin de la administración del Primer Ministro Fouad Siniora. Nasrallah llamó a sustituir el actual gobierno pro-occidental del Líbano, por un nuevo gobierno de unidad nacional, buscando capitalizar de esta manera lo que Hezbolá considera como "una victoria divina, histórica y estratégica sobre Israel y los Estados Unidos".
"La construcción de un Estado justo, fuerte y eficiente comienza primero con un gobierno serio de unidad nacional", dijo el Jeque.
Nasrallah dijo ante la muchedumbre -que reunida al aire libre llenó un enorme espacio que había sido limpiado de los escombros dejados por los bombardeos de Israel- que él había decidido aparecer en persona sólo media hora antes del inicio de la reunión. "Estando aquí delante de ustedes" dijo "hay peligro sobre ustedes y sobre mí".
Cuando se le preguntó en una entrevista el jueves al Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, sobre si Nasrallah era un objetivo militar en caso de él apareciera en la reunión de hoy, evadió la respuesta contestando: "¿Y usted piensa, que si él era, yo le diría?".
Nasrallah dirigió la mayor parte de su ira a Estados Unidos e Israel, declarado que "su resistencia ha abierto los ojos del mundo". Pero su declaración sobre la renovada fuerza del grupo, deja poca perspectiva de cualquier desarme voluntario.
Chávez, el ídolo de todos
En medio de las referencias a actores de Medio Oriente y las continuas críticas a Washington, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, fue mencionado por Nasrallah para elogiarlo.
El líder del movimiento chiíta dio primero la bienvenida a los cientos de miles de seguidores que llegaron de todo el Líbano, así como de países como Irán, Bahrein, Kuwait y Arabia Saudí. Más adelante alabó a Chávez calificándolo como "un gran líder", en relación al discurso que pronunció en la Asamblea General de la ONU, en el que dijo que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, era "el diablo".
Chávez se convirtió en estos días en un personaje venerado por el Hezbolá y su imagen apareció en grandes pancartas colocadas en la periferia de Beirut. "Gracias a vuestra resistencia y a vuestra firmeza, un gran hombre como Chávez fue capaz de decir lo que dijo en la Asamblea General de la ONU", declaró Nasrallah. [1]
El líder de Hezbolá, dijo ante la muchedumbre en una reunión gigantesca al aire libre que Hezbolá aun tenía más de 20 mil cohetes, y aclaró que no se desarmaría, a pesar de las exigencias de la resolución de alto el fuego de Naciones Unidas. "No hay ningún ejército en el mundo que pueda forzarnos a dejar caer nuestras armas de nuestras manos", afirmó.
Nasrallah declaró que el grupo "ha recuperado todas sus capacidades de organización y militares" y aseguró que "es más fuerte ahora que lo que era antes del 12 de julio", día en que comenzó la guerra con Israel. De acuerdo con el líder libanés, la guerra llegó a un final, no debido al sufrimiento del pueblo libanés o a cualquier debilidad por parte de Hezbolá, sino porque "los sionistas comprendieron que de seguir, esto sería una catástrofe". Y agregó que "los estadounidenses estuvieron de acuerdo con parar la guerra, no por las mujeres, ni por los niños libaneses, ellos pararon la guerra para Israel".
En su discurso, repitió el pedio del fin de la administración del Primer Ministro Fouad Siniora. Nasrallah llamó a sustituir el actual gobierno pro-occidental del Líbano, por un nuevo gobierno de unidad nacional, buscando capitalizar de esta manera lo que Hezbolá considera como "una victoria divina, histórica y estratégica sobre Israel y los Estados Unidos".
"La construcción de un Estado justo, fuerte y eficiente comienza primero con un gobierno serio de unidad nacional", dijo el Jeque.
Nasrallah dijo ante la muchedumbre -que reunida al aire libre llenó un enorme espacio que había sido limpiado de los escombros dejados por los bombardeos de Israel- que él había decidido aparecer en persona sólo media hora antes del inicio de la reunión. "Estando aquí delante de ustedes" dijo "hay peligro sobre ustedes y sobre mí".
Cuando se le preguntó en una entrevista el jueves al Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, sobre si Nasrallah era un objetivo militar en caso de él apareciera en la reunión de hoy, evadió la respuesta contestando: "¿Y usted piensa, que si él era, yo le diría?".
Nasrallah dirigió la mayor parte de su ira a Estados Unidos e Israel, declarado que "su resistencia ha abierto los ojos del mundo". Pero su declaración sobre la renovada fuerza del grupo, deja poca perspectiva de cualquier desarme voluntario.
Chávez, el ídolo de todos
En medio de las referencias a actores de Medio Oriente y las continuas críticas a Washington, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, fue mencionado por Nasrallah para elogiarlo.
El líder del movimiento chiíta dio primero la bienvenida a los cientos de miles de seguidores que llegaron de todo el Líbano, así como de países como Irán, Bahrein, Kuwait y Arabia Saudí. Más adelante alabó a Chávez calificándolo como "un gran líder", en relación al discurso que pronunció en la Asamblea General de la ONU, en el que dijo que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, era "el diablo".
Chávez se convirtió en estos días en un personaje venerado por el Hezbolá y su imagen apareció en grandes pancartas colocadas en la periferia de Beirut. "Gracias a vuestra resistencia y a vuestra firmeza, un gran hombre como Chávez fue capaz de decir lo que dijo en la Asamblea General de la ONU", declaró Nasrallah. [1]
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