Historia Antigua de Palestina

(Fuente: Unión General de Estudiantes Palestinos (www.ugep.cl)

Hacia el Neolítico, diversos grupos semitas provenientes de la península arábiga emigraron hacia el Creciente Fértil, en busca de agua y tierras favorables para el pastoreo.

De estas tribus destacan los asirios, que se establecieron en lo que es hoy el norte de Irak y Siria; los babilonios que habitaron en el centro y sur de Irak; los amorreos que habitaron el hoy territorio de Jordania; los fenicios que se aposentaron en el Líbano y; los cananeos que se establecieron en el territorio de Palestina. Con la llegada de los cananeos a Palestina, ese territorio fue conocido como la tierra de Canaán (variados libros antiguos y la misma Biblia así lo designan).

Hacia el siglo 12 A.C, la tierra de Canaán observará una de las más famosas invasiones de la historia: tribus hebreas, kenitas y celebitas empezaron a penetrar en el territorio. Bajo el liderazgo de Moisés, las tribus hebreas vinieron como pastores nómadas, en conflictos constantes con los pueblos de Palestina, los cananeos, a los que conquistaron ciudad tras ciudad, sometiéndolos cada vez más a su dominio.

Como se sabe, los hebreos sometieron totalmente a los cananeos, pero no así al pueblo filisteo (de ahí el nombre en árabe Falastin, que significa Palestina) que habitaba la costa de Palestina y que había llegado desde la isla de Creta antes de la llegada de los hebreos. Después que la colonización hebrea (sobre los cananeos) se hubo consumado, se formó el reino de David y posteriormente el de Salomón. Más tarde la sociedad hebrea (hacia el año 922 A.C) se dividió y se formaron los reinos independientes de Israel (al norte) y de Judea (al sur).

Hacia el año 721 A.C, el rey asirio Sargon ll, ordenó que se arrasara con la capital del reino de Israel, haciendo desaparecer políticamente a ese reino, vale decir, el reino de Israel tuvo una duración sólo de 200 años.

Más tarde, hacia el año 586 A.C, el reino de Judea fue conquistado por los babilonios con Nabucodonosor a la cabeza. A partir de entonces los judíos no volvieron a tener ningún poder político estatal en Palestina.

Ahora bien, por la ubicación estratégica del territorio palestino (que une virtualmente a tres continentes), fue objeto de distintas invasiones: hacia el año 538 A.C, el Imperio Persa; hacia el año 333 A.C los griegos; en el año 64 A.C, los romanos; en el año 636 de nuestra era, fue conquistada por los árabes musulmanes, en el año 1099, los cruzados la ocuparon (constituyendo el reino de Jerusalén); en el año 1187, el líder árabe Saladino Al-Ayubi (Salah ed Din), venció a los cruzados y liberó Palestina; en 1517, el Imperio Otomano (turco) la conquistó y en 1917, los ingleses, durante la primera Guerra Mundial, la ocuparon.

Durante los siglos 17 y 18, en Europa (sobre todo oriental), hubo grandes persecuciones hacia los europeos de Religión judía. Estas olas, que se conocen como "antisemitas", generaron en Europa a través de la violencia, el llamado problema judío. Comunidades enteras de judíos fueron arrasadas y destruidas y sus pobladores fueron sangrientamente asesinados.

Estos acontecimientos generaron dos respuestas (opuestas) entre las comunidades judías. Por una parte, algunos judíos consideraban que la mejor respuesta contra el antisemitismo era reunir a todas las comunidades judaicas en un solo territorio y constituir un estado propio. Estos planteamientos suponían que los judíos no debían fusionarse (asimilarse) en las comunidades donde vivían, que deberían emigrar hacia algún territorio y que era menester vincularse con los intereses de alguna potencia colonial para que esta les garantizara el otorgamiento de un territorio. Esta corriente, que era sorprendentemente minoritaria y que aglutinaba solo a pequeños intelectuales y soñadores judíos, súbitamente obtuvo el apoyo de algunas potencias europeas. Los grupos imperialistas, sobre todo los ingleses (donde habían algunos burgueses judíos, vieron con entusiasmo este proyecto, ya que les garantizaba un gran número de colonos que podían defender sus intereses capitalistas en alguna de sus colonias o zonas de influencia y deshacerse de las masas judías en Europa. El apoyo no se hizo esperar y grandes capitales se pusieron en juego para impulsar el proyecto. Fue así como el imperialismo empezó a consolidar la idea sionista entre las comunidades judías.

Por otra parte, estaba la posición de que la única respuesta viable al antisemitismo era la revolución socialista. Este planteamiento, que fue apoyado por grandes capas proletarias judías, sostenía que el problema judío solo podía ser resuelto una vez que se hubiese eliminado la explotación capitalista. Algunos grupos comunistas judíos (sobre todo en Rusia y otras zonas de Europa Oriental), acusaban a la tesis sionista de ser un verdadero instrumento del imperialismo y de reproducir, en sentido inverso, los mismos mitos y planteamientos antisemitas: sostenían que impedir la asimilación natural era auto segregarse, que a partir de razonamientos religiosos no se podía sostener la existencia de una raza judía única, que llamar a la emigración era ratificar la tesis de expulsión antisemita y que las masas trabajadoras judías, tan explotadas como las cristianas, protestantes y musulmanas; no debían desunirse entre sí por razones religiosas, culturales o de lengua. La lucha, según estos planteamientos, debería ser en contra de la burguesía y oligarquía que les explotaban y que precisamente auspiciaban y protegían las olas antisemitas como una formula política de división de las masas trabajadoras. Como era lógico suponer, esta idea no fue alentada por ninguna de las potencias colonizadoras.

En 1896, Theodor Herzl, publicó un libro titulado "El Estado Judío". En esta obra, Herzl recogió los planteamientos aislados sionistas y empezó a darles cuerpo: bajo las estructuras de una empresa colonial (como la de Argelia que tenia capitales de accionistas), y con el apoyo de alguna potencia, el proyecto sionista era factible. Queriendo identificar el proyecto colonial sionista con los intereses de las grandes potencias, Herzl escribió en su obra: "Para Europa formaríamos allí (en Palestina) parte integrante del baluarte de Asia: constituiríamos allí la vanguardia de la cultura en su lucha contra la barbarie".
El mismo Herzl ya vislumbraba la similitud del movimiento sionista con las tesis antisemitas, cuando escribió en su folleto: "Creo que no tendremos que esforzarnos mucho en dar impulso al movimiento. Los antisemitas lo hacen por nosotros. Basta que continúen sus actividades como hasta ahora para que el deseo de emigrar nazca en los judíos que todavía no lo tienen y se intensifique en aquellos que ya existe”. Actualmente se considera a Herzl el padre del sionismo.

Apoyados por diversos grupos económicos, el 29 de Agosto de 1897, se celebró en Basilea, Suiza, el primer Congreso Sionista Mundial. Después de este congreso, el sionismo emergió como una idea política. A pesar de los avances sionistas, había todavía un problema: dónde seria proyectado el estado. Algunos sionistas proclamaban la idea de que fuera Palestina. Sin embargo, eso, por el momento no era posible ya que las potencias colonialistas europeas (concretamente Gran Bretaña que era él más fuerte impulsor del proyecto) no tenían el control de ese territorio ya que se hallaba bajo la ocupación del Imperio Otomano. Ante esto, Gran Bretaña ofrece a los sionistas, para su colonización, otros territorios: Chipre, Al Arish (en Egipto), Gibraltar y Uganda. En diversos congresos, los sionistas analizaron las posibilidades de estos territorios y de otros como Australia, Honduras, Canadá, Angola, Cirinaica (Libia), Surinam, Irak, Baja California (México), Siberia y Argentina (donde se llegaron a instalar varias colonias sionistas existentes hasta el día de hoy).

No obstante, esas propuestas fueron desechadas. Al final se escogió Palestina por varias razones: era el territorio que más atraía a las masas judías (factores religiosos) y además Gran Bretaña estaba interesada en esa zona. Al sur de Palestina estaba el canal de Suez (entonces controlado por los ingleses y vital para el comercio) y se empezaban a encontrar riquísimos yacimientos de petróleo en el Cercano Oriente. La oportunidad para el proyecto británico - sionista se presentaría durante la Primera Guerra Mundial.