Hamas advierte: Abbas no debe llamar a alecciones anticipadas
La posibilidad de elecciones anticipadas, mencionada por un allegado al Presidente palestino, Mahmud Abbas, fue considerada hoy capaz de detonar una guerra civil por un legislador allegado al gubernamental movimiento islámico Hamas. El recurso a los comicios fue enunciado por Yaser Abed Rabo, ex ministro del gobierno autónomo, tras la suspensión de las negociaciones para la formación de un gobierno de coalición Hamas-Al Fatah, las fuerzas políticas predominantes en Gaza y Cisjordania.
Los desencuentros siguen presentes, afirmó Rabó, ex titular de Información, quien afirmó que, de fracasar las negociaciones, se convocarán comicios anticipados.
Las declaraciones siguen al fracaso de la mediación del canciller qatari, Hamad az Zani, quien este lunes realizó un esfuerzo conciliador de último recurso entre el presidente Abbas y el primer ministro Ismael Haniye. Ambos hombres difieren en un punto esencial: el reconocimiento de Israel como estado legal, admitido por la Organización para la Liberación de Palestina desde 1993, pero impugnado por Hamas (fervor, árabe).
Las eventuales elecciones adelantadas fueron condenadas por Ahmed Bahar, presidente en funciones del Consejo Legislativo Palestino (parlamento), quien dijo que podrían detonar una guerra civil en la autonomía. La advertencia no parece hueca, dadas las recientes confrontaciones entre las fuerzas de seguridad autonómicas y una milicia armada de unos 10 mil efectivos formada por Hamas tras su ascenso al gobierno en marzo último.
Ambas formaciones han chocado de forma intermitente desde mayo último con saldo de varios muertos y heridos; las confrontaciones han sido yuguladas por órdenes de los propios Abbas y Haniye. El contexto político ahora es muy ríspido por la incapacidad del gobierno Hamas de liquidar sus haberes a los empleados públicos debido a la retención de los ingresos por Israel y el boicot de los donantes internacionales debido a su negativa a reconocer a Israel.
La captura de un soldado israelí por comandos islámicos en junio último, para lograr la excarcelación de las mujeres y niños palestinos internados en prisiones israelíes, es otro factor combustible en la situación.[1]
A pesar de la terrible situación interna, el mismo Ghazi Hamad, informó hoy, en la ciudad de Gaza, de una posible reunión este martes entre el presidente palestino, Mahmoud Abbas, y el primer ministro, Ismail Haniye. De concretarse, la cita sería otro intento para formar un Gobierno de unidad nacional, objetivo que no logró la noche del lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Hamad Ibn Jasem az Zani, que ofició como mediador.
Hamad dijo que Hamas está de acuerdo en establecer un Estado palestino independiente en los territorios de Cisjordania y Gaza dentro de "las fronteras" de 1967, la línea del armisticio de la primera guerra árabe-israelí vigente antes del estallido de la guerra de aquel año, cuando Israel conquistó esos territorios. Pero aún así, aceptando un Estado palestino al lado del Israel, el Gobierno de Hamas no reconocerá la legitimidad del Estado hebreo, fundado en 1948 en la Palestina histórica".
También esta dispuesto el Gobierno de Haniye a condenar el terrorismo siempre que se haga una distinción entre ese tipo de ataques y las operaciones de la resistencia armada contra la ocupación israelí en los territorios palestinos ocupados.
También desea Hamas conseguir el respaldo internacional, del que carece actualmente por no reconocer a Israel, entren otros, "pero no a costa del pueblo palestino", aparente alusión a que no reconocerá todos los acuerdos suscritos por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que preside Abbas, y la ANP, con ese país.[2]
En tanto, la situación al interior de los Territorios Ocupados se vuelve cada día más insostenible para los palestinos. Los empleados palestinos del sector público amenazaron el domingo con paralizar a Cisjordania y la Franja de Gaza sumando a su medida de fuerza a los trabajadores del sector petrolero, y agotando las reservas de combustible si el Gobierno no les paga. "Tenemos en nuestras manos cartas que aún no hemos usado", expresó Ahmad Assaf, portavoz del Sindicato de Empleados Civiles. Los huelguistas, muchos de ellos partidarios del movimiento opositor Al Fatah, dijeron que habían abandonado sus trabajos durante 36 días, pero no habían visto resultados tangibles. Assaf manifestó que estaban considerando invitar a la huelga a los trabajadores del sector petrolero.
El Gobierno liderado por Hamas no ha podido pagar los salarios completos a sus 165.000 empleados públicos desde que asumió el poder en marzo y los países occidentales e Israel cancelaron la ayuda económica que enviaban, demandándole que reconozca al estado judío y renuncie a la violencia.[3]
Los desencuentros siguen presentes, afirmó Rabó, ex titular de Información, quien afirmó que, de fracasar las negociaciones, se convocarán comicios anticipados.
Las declaraciones siguen al fracaso de la mediación del canciller qatari, Hamad az Zani, quien este lunes realizó un esfuerzo conciliador de último recurso entre el presidente Abbas y el primer ministro Ismael Haniye. Ambos hombres difieren en un punto esencial: el reconocimiento de Israel como estado legal, admitido por la Organización para la Liberación de Palestina desde 1993, pero impugnado por Hamas (fervor, árabe).
Las eventuales elecciones adelantadas fueron condenadas por Ahmed Bahar, presidente en funciones del Consejo Legislativo Palestino (parlamento), quien dijo que podrían detonar una guerra civil en la autonomía. La advertencia no parece hueca, dadas las recientes confrontaciones entre las fuerzas de seguridad autonómicas y una milicia armada de unos 10 mil efectivos formada por Hamas tras su ascenso al gobierno en marzo último.
Ambas formaciones han chocado de forma intermitente desde mayo último con saldo de varios muertos y heridos; las confrontaciones han sido yuguladas por órdenes de los propios Abbas y Haniye. El contexto político ahora es muy ríspido por la incapacidad del gobierno Hamas de liquidar sus haberes a los empleados públicos debido a la retención de los ingresos por Israel y el boicot de los donantes internacionales debido a su negativa a reconocer a Israel.
La captura de un soldado israelí por comandos islámicos en junio último, para lograr la excarcelación de las mujeres y niños palestinos internados en prisiones israelíes, es otro factor combustible en la situación.[1]
A pesar de la terrible situación interna, el mismo Ghazi Hamad, informó hoy, en la ciudad de Gaza, de una posible reunión este martes entre el presidente palestino, Mahmoud Abbas, y el primer ministro, Ismail Haniye. De concretarse, la cita sería otro intento para formar un Gobierno de unidad nacional, objetivo que no logró la noche del lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Hamad Ibn Jasem az Zani, que ofició como mediador.
Hamad dijo que Hamas está de acuerdo en establecer un Estado palestino independiente en los territorios de Cisjordania y Gaza dentro de "las fronteras" de 1967, la línea del armisticio de la primera guerra árabe-israelí vigente antes del estallido de la guerra de aquel año, cuando Israel conquistó esos territorios. Pero aún así, aceptando un Estado palestino al lado del Israel, el Gobierno de Hamas no reconocerá la legitimidad del Estado hebreo, fundado en 1948 en la Palestina histórica".
También esta dispuesto el Gobierno de Haniye a condenar el terrorismo siempre que se haga una distinción entre ese tipo de ataques y las operaciones de la resistencia armada contra la ocupación israelí en los territorios palestinos ocupados.
También desea Hamas conseguir el respaldo internacional, del que carece actualmente por no reconocer a Israel, entren otros, "pero no a costa del pueblo palestino", aparente alusión a que no reconocerá todos los acuerdos suscritos por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que preside Abbas, y la ANP, con ese país.[2]
En tanto, la situación al interior de los Territorios Ocupados se vuelve cada día más insostenible para los palestinos. Los empleados palestinos del sector público amenazaron el domingo con paralizar a Cisjordania y la Franja de Gaza sumando a su medida de fuerza a los trabajadores del sector petrolero, y agotando las reservas de combustible si el Gobierno no les paga. "Tenemos en nuestras manos cartas que aún no hemos usado", expresó Ahmad Assaf, portavoz del Sindicato de Empleados Civiles. Los huelguistas, muchos de ellos partidarios del movimiento opositor Al Fatah, dijeron que habían abandonado sus trabajos durante 36 días, pero no habían visto resultados tangibles. Assaf manifestó que estaban considerando invitar a la huelga a los trabajadores del sector petrolero.
El Gobierno liderado por Hamas no ha podido pagar los salarios completos a sus 165.000 empleados públicos desde que asumió el poder en marzo y los países occidentales e Israel cancelaron la ayuda económica que enviaban, demandándole que reconozca al estado judío y renuncie a la violencia.[3]
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