El Muro del Apartheid sionista se anexa 500 hectáreas más
La construcción del Muro del Apartheid que confisca territorio palestino, destruye la economía, corta caminos y aísla a un importante número de personas, está entrando en una nueva fase de expansión. Los palestinos deben resignarse a ver como día tras día el muro se traza de manera que se apropia Israel de sus tierras. La justicia internacional ya falló a favor de los palestinos, pero Israel ha reiterado en varias ocasiones que no derribará ni dejará de construir el muro. Lo que está haciendo Israel es seccionar los territorios palestinos con mallas de asentamientos ilegales protegidos por una gran barrera con puertas desde las cuales solamente los soldados israelíes pueden pasar para resguardar a los colonos y atacar a los palestinos.
Día tras día los palestinos son sometidos a humillaciones. El muro es uno de los vejámenes que comete Israel con ellos. Aún cuando a todos nos parezca una medida anacrónica, para Israel levantar un muro es una solución, para los palestinos, claramente es la destrucción de sus vidas.
En este contexto de colonización, el Tribunal Supremo de Israel dio luz verde al Ejército para la construcción de un nuevo tramo del muro de Cisjordania, que dejará 500 hectáreas de tierras palestinas de lado israelí.
El nuevo trazado, que tiene una longitud de 26 kilómetros y se encuentra a la altura de Mevaseret Tzión, cerca de Jerusalén. Fue apelado por un grupo de agricultores palestinos e israelíes residentes de la zona, que consideraban que el itinerario violaba los derechos de los damnificados.
En respuesta, el Tribunal, que ya había obligado al Ejército a corregir el trazado, consideró que esta vez no era así ya que, aunque parezca absurdo, se instalarán varios portones para que los agricultores palestinos puedan trabajar sus tierras. Para la inmensa mayoría de los damnificados los portones de acceso son un problema porque los militares de Tel Aviv deciden quiénes y a qué hora pasan a atender sus cultivos.[1]
El presidente del tribunal, Aharón Barak, afirma que esta medida minimiza el daño causado a la población palestina y satisface el balance entre la necesidad de seguridad de Israel y los derechos de los palestinos, corroborando que no entiende una sola de las palabras que componen la frase Derechos de los Palestinos, o bien que realmente les importan bien poco.[2]
Día tras día los palestinos son sometidos a humillaciones. El muro es uno de los vejámenes que comete Israel con ellos. Aún cuando a todos nos parezca una medida anacrónica, para Israel levantar un muro es una solución, para los palestinos, claramente es la destrucción de sus vidas.
En este contexto de colonización, el Tribunal Supremo de Israel dio luz verde al Ejército para la construcción de un nuevo tramo del muro de Cisjordania, que dejará 500 hectáreas de tierras palestinas de lado israelí.
El nuevo trazado, que tiene una longitud de 26 kilómetros y se encuentra a la altura de Mevaseret Tzión, cerca de Jerusalén. Fue apelado por un grupo de agricultores palestinos e israelíes residentes de la zona, que consideraban que el itinerario violaba los derechos de los damnificados.
En respuesta, el Tribunal, que ya había obligado al Ejército a corregir el trazado, consideró que esta vez no era así ya que, aunque parezca absurdo, se instalarán varios portones para que los agricultores palestinos puedan trabajar sus tierras. Para la inmensa mayoría de los damnificados los portones de acceso son un problema porque los militares de Tel Aviv deciden quiénes y a qué hora pasan a atender sus cultivos.[1]
El presidente del tribunal, Aharón Barak, afirma que esta medida minimiza el daño causado a la población palestina y satisface el balance entre la necesidad de seguridad de Israel y los derechos de los palestinos, corroborando que no entiende una sola de las palabras que componen la frase Derechos de los Palestinos, o bien que realmente les importan bien poco.[2]
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