Análisis: La difícil situación actual de la política palestina
No hay duda que la emergencia de Hamás como un actor relevante en la política palestina trajo cambios definitivos en la conformación del campo en el que se relacionan los distintos partidos, movimientos, grupos y tendencias palestinos. Si para 1987, año en que se conformó identitariamente[1]como una organización de resistencia a la ocupación militar israelí de Palestina, eran muy pocos los palestinos que adherían a su programa de acción, el continuo fracaso de las negociaciones entre la OLP e Israel y la negativa constante del Estado Sionista a permitir la conformación de un Estado Palestino, llevaron a que Hamás se convirtiera en la principal fuente receptiva de jóvenes desconfiados de la política tradicional.
Hasta el presente año, el Movimiento de Resistencia Islámica miraba con desconfianza el ámbito de la administración gubernamental de una Autoridad Nacional Palestina nacida de los acuerdos de Oslo. De hecho, se había negado a participar en reiteradas oportunidades en las elecciones palestinas. De alguna manera, participar de ellas implicaba reconocer una estructura montada por el propio Israel, lo que a su vez podría llevar al movimiento a la inevitable decisión de reconocer a ese Estado.
Por su parte, los partidos laicos, que habían luchado durante años contra Israel a través de un solo órgano, la OLP, comenzaron a ver como Hamás obtenía una popularidad que desestabilizaba la idea de una OLP reconocida como única y legítima representante del Pueblo Palestino. De hecho, para Israel, la idea de que Hamás tuviese la mayor popularidad posible entre los palestinos fue de gran agrado. La OLP se vería así desestabilizada por la misma lógica interna de la política palestina y dividir para gobernar sería una buena política para mantener la ocupación y agudizar la colonización.
Pero las cosas no han sido tan mecánicas como esperaba Israel. Más bien, el gran nivel de adquisición de conciencia nacional alcanzado por los palestinos durante 58 años de ocupación y exilio, había permeado también a las organizaciones, por muy radicales que se definieran o por muy disidentes que se plantearan frente a la política oficialista. Hamás no es la excepción a este fenómeno y si bien ha tenido incluso enfrentamientos con los militantes de Al Fatah (principal partido de la OLP), en los momentos más álgidos, cuando Israel tiene la sartén por el mango, ha primado la necesidad de hacer la división correcta, identificando al enemigo al otro lado del Muro y no entre los propios connacionales.
A pesar que toda la semana se ha venido escuchando de reuniones entre el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas y su Primer Ministro Ismail Haniye con el objetivo de conformar un gobierno de unidad nacional que permita resistir en conjunto a Israel y definir políticas tendientes a desbloquear la economía palestina, lo cierto es que los encuentros han tenido un sin número de reveses, principalmente por un tema presente en el análisis de más arriba: para Hamás este es un momento vital porque ya ha decidido participar de esa infraestructura de la que siempre renegó y ahora se enfrenta a las decisiones que esa infraestructura ya había tomado, o más bien ya parecían asunto zanjado. Dentro de esas decisiones está el reconocimiento de Israel. Para la OLP este fue un paso que muchos califican, también internamente, de error político. Fundamentalmente porque a la luz de los hechos históricos, Israel jamás ha reconocido a un Estado Palestino, sino que sólo permitió montar una estructura de gobierno tan limitada como la ANP que el mayor proceso de colonización sionista en los Territorios Ocupados se ha llevado a cabo precisamente desde su existencia.
El esfuerzo de Abbas y Haniye en estos días de bloqueo ha consistido en discutir cómo sería la mejor manera de enfrentar el bloqueo tomando en cuenta que Israel volvió inviable la administración de Hamás al secuestrar a ocho ministros y a más de treinta congresistas. Se había llegado a buen puerto hace dos días cuando se anunciara la creación del gobierno de unidad nacional, pero hoy nuevamente hay ciertos retrocesos que tienen que ver con el ya discutido reconocimiento de Israel.
Ayer, Hamás señaló en un comunicado que no reconocerá al "gobierno israelí de ocupación" y que mantendrá su programa político basado en "la decisión de resistencia", pese a que el propio Abbas encargó a su líder y Primer Ministro en funciones Ismael Haniye la tarea de conformar el Ejecutivo.[2]
De todas maneras, el gobierno de unidad nacional no fue visto con buenos ojos por el gobierno sionista de Israel, por su parte, dijo a través de un vocero que este constituye un camino en la trayectoria equivocada, ya que se basa en el denominado "Acuerdo de los prisioneros", que no cumple, a su juicio, con los requisitos de reconocer explícitamente la existencia del Estado judío y acabar con el terrorismo.[3] El Acuerdo de los prisioneros pide la excarcelación de miles de palestinos que llevan años en prisiones israelíes, a cambio de la liberación del soldado israelí capturado en Gaza.
Adrián Mc Liman[4], experto en el tema de Medio Oriente de la Universidad de La Sorbona, señala que son muchos los factores que estarán en juego para que la iniciativa de Abbas llegue a buen puerto. "El nuevo gobierno palestino podría crear un escenario favorable siempre y cuando su plataforma política, que se desconoce aún, sea moderada, independiente y alejada de los postulados de Hamas", dice. El experto añade que si eso ocurre, se abrirá una puerta para que Estados Unidos y la Unión Europea levanten el bloqueo de los fondos.
Y si tal cosa ocurre, entonces el nuevo gobierno palestino podría retomar, ya con el aval internacional, una negociación de paz sobre la "Hoja de Ruta", que es una iniciativa impulsada por el Cuarteto -que integran la UE, EE.UU. la ONU y Rusia- que prevé el reconocimiento explícito de la existencia de Israel, la renuncia de la violencia y la aceptación de los acuerdos pasados entre israelíes y palestinos.[5] Este análisis de McLiman sería plausible si considerara que las renuncias a los territorios las ha hecho sólo el pueblo palestino, sin embargo Israel jamás ha reconocido ningún tipo de autodeterminación para estos. Por otro lado, la comunidad internacional ha cedido a Estados Unidos el papel de garante del “proceso de paz” cuando en realidad todos los actores en el conflicto saben muy bien cuál es la posición de Estados Unidos en la zona, el apoyo incondicional a Israel, que dicho sea de paso es el país con mayor capacidad bélica de la región.
McLiman continúa acotando que "Estamos frente a un escenario donde habrá un verdadero malabarismo político. Yo veo bastante difícil y complicado que el plan de Abbas funcione y que Israel se siente a negociar con un gobierno en el que un 50 o un 60 por ciento de sus miembros serían de Hamas. Porque, además, ¿hasta qué punto el sector político de Hamas estará dispuesto a sumarse a ese diálogo?, indica.[6]
Para Ahmad Abu Hilal, asesor del Ministerio del Exterior palestino, con sede en Ramallah, la postura de Hamas no debiera ser un obstáculo en un eventual proceso de paz. "Hamas, como grupo autónomo, no tiene la obligación de reconocer a Israel. Pero ahora va a pasar a conformar parte de un gobierno de unidad nacional, que va a implementar el programa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en el cual participan todos los partidos políticos palestinos. Va a tener la obligación de respetar esos lineamientos, que, como dicen los acuerdos de Oslo, reconocen el derecho de Israel a existir", asegura el funcionario.[7]
Los gobiernos aliados de Estados Unidos e Israel se mostraron ayer cautos ante los intentos palestinos y afirmaron que la comunidad internacional no dará su apoyo si éstos no renuncian explícitamente al terrorismo, cosa que se presenta como un absurdo pues mientras Israel practica el terrorismo de Estado cotidianamente, los palestinos reivindican el derecho a la resistencia, avalada por la resolución 3236 de la Asamblea General de Naciones Unidas de 1974. por tanto, reconocer que la lucha por la liberación es terrorismo, significa desconocer el derecho internacional. Si Israel prefiere en cambio negociar con un gobierno moderado como uno encabezado por Abbas ¿Por qué no dio pie a la creación de un Estado Palestino durante los años del proceso de Oslo, que tenía como contraparte a Arafat, del mismo partido que Abbas?
En declaraciones tras una reunión en Washington con la ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, afirmó que "vamos a ver cuál es el resultado" de las negociaciones que se desarrollan para la formación del gobierno de unidad nacional palestino. Sin embargo, insistió en que el Ejecutivo que emerja de las negociaciones deberá reconocer a Israel, renunciar a la violencia y admitir los acuerdos alcanzados previamente entre Israel y los palestinos.[8] Ante lo cual volvemos a preguntarnos ¿estaba en los acuerdos alcanzados previamente entre Israel y los palestinos la construcción de un muro que separa a familias completas, confisca tierra asignada por los acuerdos a la ANP y destruye la economía palestina? ¿Estaba en los acuerdos la desconexión unilateral de Gaza que ha permitido invadirla por cielo y tierra cuando los israelíes lo estiman conveniente? ¿Hay negociación entre iguales cuando una de las partes está sometida a un bloqueo del cual es cómplice la comunidad internacional en su conjunto?
El tema de la ayuda financiera es el centro de la preocupación del gobierno palestino. "Aquí está paralizado todo el ciclo económico. Un 65 por ciento de la población palestina vive en la pobreza. Es urgente que la comunidad internacional reanude cuanto antes su ayuda", dice desde Ramalla Husni Abdel Wahed, consejero del ministerio de Relaciones Exteriores palestino. Los donantes internacionales cortaron la ayuda financiera a los palestinos luego de que el movimiento Hamas asumiera el gobierno tras el triunfo en las elecciones.[9] Según el asesor político del primer ministro Ismail Haniye, Ahmed Yusef, la Unión Europea estaría dispuesta a aflojar el embargo financiero una vez que se concrete el establecimiento del nuevo gobierno. "Los estados europeos han prometido reconsiderar su posición respecto al boicot" contra el Gobierno de Haniya, perteneciente a Hamas, dijo Yusef en una entrevista que publica el matutino israelí 'Haaretz'. Por su parte, el ministro palestino de Trabajo, Mohamed Barguti, también manifestó al diario 'Al Quds', que se edita en Jerusalén este, que el presidente Abu Mazen recibió garantías de la UE y de los Estados árabes, de que cooperarán con un gobierno de unidad a cargo de Haniya. "Si la comunidad internacional no cooperase con el nuevo gobierno, que representará a toda la nación palestina, el pueblo tendrá que reconsiderar la existencia de la ANP", agregó.[10]
Hasta el presente año, el Movimiento de Resistencia Islámica miraba con desconfianza el ámbito de la administración gubernamental de una Autoridad Nacional Palestina nacida de los acuerdos de Oslo. De hecho, se había negado a participar en reiteradas oportunidades en las elecciones palestinas. De alguna manera, participar de ellas implicaba reconocer una estructura montada por el propio Israel, lo que a su vez podría llevar al movimiento a la inevitable decisión de reconocer a ese Estado.
Por su parte, los partidos laicos, que habían luchado durante años contra Israel a través de un solo órgano, la OLP, comenzaron a ver como Hamás obtenía una popularidad que desestabilizaba la idea de una OLP reconocida como única y legítima representante del Pueblo Palestino. De hecho, para Israel, la idea de que Hamás tuviese la mayor popularidad posible entre los palestinos fue de gran agrado. La OLP se vería así desestabilizada por la misma lógica interna de la política palestina y dividir para gobernar sería una buena política para mantener la ocupación y agudizar la colonización.
Pero las cosas no han sido tan mecánicas como esperaba Israel. Más bien, el gran nivel de adquisición de conciencia nacional alcanzado por los palestinos durante 58 años de ocupación y exilio, había permeado también a las organizaciones, por muy radicales que se definieran o por muy disidentes que se plantearan frente a la política oficialista. Hamás no es la excepción a este fenómeno y si bien ha tenido incluso enfrentamientos con los militantes de Al Fatah (principal partido de la OLP), en los momentos más álgidos, cuando Israel tiene la sartén por el mango, ha primado la necesidad de hacer la división correcta, identificando al enemigo al otro lado del Muro y no entre los propios connacionales.
A pesar que toda la semana se ha venido escuchando de reuniones entre el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas y su Primer Ministro Ismail Haniye con el objetivo de conformar un gobierno de unidad nacional que permita resistir en conjunto a Israel y definir políticas tendientes a desbloquear la economía palestina, lo cierto es que los encuentros han tenido un sin número de reveses, principalmente por un tema presente en el análisis de más arriba: para Hamás este es un momento vital porque ya ha decidido participar de esa infraestructura de la que siempre renegó y ahora se enfrenta a las decisiones que esa infraestructura ya había tomado, o más bien ya parecían asunto zanjado. Dentro de esas decisiones está el reconocimiento de Israel. Para la OLP este fue un paso que muchos califican, también internamente, de error político. Fundamentalmente porque a la luz de los hechos históricos, Israel jamás ha reconocido a un Estado Palestino, sino que sólo permitió montar una estructura de gobierno tan limitada como la ANP que el mayor proceso de colonización sionista en los Territorios Ocupados se ha llevado a cabo precisamente desde su existencia.
El esfuerzo de Abbas y Haniye en estos días de bloqueo ha consistido en discutir cómo sería la mejor manera de enfrentar el bloqueo tomando en cuenta que Israel volvió inviable la administración de Hamás al secuestrar a ocho ministros y a más de treinta congresistas. Se había llegado a buen puerto hace dos días cuando se anunciara la creación del gobierno de unidad nacional, pero hoy nuevamente hay ciertos retrocesos que tienen que ver con el ya discutido reconocimiento de Israel.
Ayer, Hamás señaló en un comunicado que no reconocerá al "gobierno israelí de ocupación" y que mantendrá su programa político basado en "la decisión de resistencia", pese a que el propio Abbas encargó a su líder y Primer Ministro en funciones Ismael Haniye la tarea de conformar el Ejecutivo.[2]
De todas maneras, el gobierno de unidad nacional no fue visto con buenos ojos por el gobierno sionista de Israel, por su parte, dijo a través de un vocero que este constituye un camino en la trayectoria equivocada, ya que se basa en el denominado "Acuerdo de los prisioneros", que no cumple, a su juicio, con los requisitos de reconocer explícitamente la existencia del Estado judío y acabar con el terrorismo.[3] El Acuerdo de los prisioneros pide la excarcelación de miles de palestinos que llevan años en prisiones israelíes, a cambio de la liberación del soldado israelí capturado en Gaza.
Adrián Mc Liman[4], experto en el tema de Medio Oriente de la Universidad de La Sorbona, señala que son muchos los factores que estarán en juego para que la iniciativa de Abbas llegue a buen puerto. "El nuevo gobierno palestino podría crear un escenario favorable siempre y cuando su plataforma política, que se desconoce aún, sea moderada, independiente y alejada de los postulados de Hamas", dice. El experto añade que si eso ocurre, se abrirá una puerta para que Estados Unidos y la Unión Europea levanten el bloqueo de los fondos.
Y si tal cosa ocurre, entonces el nuevo gobierno palestino podría retomar, ya con el aval internacional, una negociación de paz sobre la "Hoja de Ruta", que es una iniciativa impulsada por el Cuarteto -que integran la UE, EE.UU. la ONU y Rusia- que prevé el reconocimiento explícito de la existencia de Israel, la renuncia de la violencia y la aceptación de los acuerdos pasados entre israelíes y palestinos.[5] Este análisis de McLiman sería plausible si considerara que las renuncias a los territorios las ha hecho sólo el pueblo palestino, sin embargo Israel jamás ha reconocido ningún tipo de autodeterminación para estos. Por otro lado, la comunidad internacional ha cedido a Estados Unidos el papel de garante del “proceso de paz” cuando en realidad todos los actores en el conflicto saben muy bien cuál es la posición de Estados Unidos en la zona, el apoyo incondicional a Israel, que dicho sea de paso es el país con mayor capacidad bélica de la región.
McLiman continúa acotando que "Estamos frente a un escenario donde habrá un verdadero malabarismo político. Yo veo bastante difícil y complicado que el plan de Abbas funcione y que Israel se siente a negociar con un gobierno en el que un 50 o un 60 por ciento de sus miembros serían de Hamas. Porque, además, ¿hasta qué punto el sector político de Hamas estará dispuesto a sumarse a ese diálogo?, indica.[6]
Para Ahmad Abu Hilal, asesor del Ministerio del Exterior palestino, con sede en Ramallah, la postura de Hamas no debiera ser un obstáculo en un eventual proceso de paz. "Hamas, como grupo autónomo, no tiene la obligación de reconocer a Israel. Pero ahora va a pasar a conformar parte de un gobierno de unidad nacional, que va a implementar el programa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en el cual participan todos los partidos políticos palestinos. Va a tener la obligación de respetar esos lineamientos, que, como dicen los acuerdos de Oslo, reconocen el derecho de Israel a existir", asegura el funcionario.[7]
Los gobiernos aliados de Estados Unidos e Israel se mostraron ayer cautos ante los intentos palestinos y afirmaron que la comunidad internacional no dará su apoyo si éstos no renuncian explícitamente al terrorismo, cosa que se presenta como un absurdo pues mientras Israel practica el terrorismo de Estado cotidianamente, los palestinos reivindican el derecho a la resistencia, avalada por la resolución 3236 de la Asamblea General de Naciones Unidas de 1974. por tanto, reconocer que la lucha por la liberación es terrorismo, significa desconocer el derecho internacional. Si Israel prefiere en cambio negociar con un gobierno moderado como uno encabezado por Abbas ¿Por qué no dio pie a la creación de un Estado Palestino durante los años del proceso de Oslo, que tenía como contraparte a Arafat, del mismo partido que Abbas?
En declaraciones tras una reunión en Washington con la ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, afirmó que "vamos a ver cuál es el resultado" de las negociaciones que se desarrollan para la formación del gobierno de unidad nacional palestino. Sin embargo, insistió en que el Ejecutivo que emerja de las negociaciones deberá reconocer a Israel, renunciar a la violencia y admitir los acuerdos alcanzados previamente entre Israel y los palestinos.[8] Ante lo cual volvemos a preguntarnos ¿estaba en los acuerdos alcanzados previamente entre Israel y los palestinos la construcción de un muro que separa a familias completas, confisca tierra asignada por los acuerdos a la ANP y destruye la economía palestina? ¿Estaba en los acuerdos la desconexión unilateral de Gaza que ha permitido invadirla por cielo y tierra cuando los israelíes lo estiman conveniente? ¿Hay negociación entre iguales cuando una de las partes está sometida a un bloqueo del cual es cómplice la comunidad internacional en su conjunto?
El tema de la ayuda financiera es el centro de la preocupación del gobierno palestino. "Aquí está paralizado todo el ciclo económico. Un 65 por ciento de la población palestina vive en la pobreza. Es urgente que la comunidad internacional reanude cuanto antes su ayuda", dice desde Ramalla Husni Abdel Wahed, consejero del ministerio de Relaciones Exteriores palestino. Los donantes internacionales cortaron la ayuda financiera a los palestinos luego de que el movimiento Hamas asumiera el gobierno tras el triunfo en las elecciones.[9] Según el asesor político del primer ministro Ismail Haniye, Ahmed Yusef, la Unión Europea estaría dispuesta a aflojar el embargo financiero una vez que se concrete el establecimiento del nuevo gobierno. "Los estados europeos han prometido reconsiderar su posición respecto al boicot" contra el Gobierno de Haniya, perteneciente a Hamas, dijo Yusef en una entrevista que publica el matutino israelí 'Haaretz'. Por su parte, el ministro palestino de Trabajo, Mohamed Barguti, también manifestó al diario 'Al Quds', que se edita en Jerusalén este, que el presidente Abu Mazen recibió garantías de la UE y de los Estados árabes, de que cooperarán con un gobierno de unidad a cargo de Haniya. "Si la comunidad internacional no cooperase con el nuevo gobierno, que representará a toda la nación palestina, el pueblo tendrá que reconsiderar la existencia de la ANP", agregó.[10]
[1] Ya existía Hamás desde los años 70’s, pero funcionaba fundamentalmente como una organización de caridad.
[2] El Mercurio de Chile, 14 de septiembre, 2006.
[3] Ibíd.
[4] De Adrián McLiman podemos encontrar un texto de gran calidad llamado Crónicas Palestinas que relata la situación de los territorios ocupados durante la primera Intifada.
[5] El Mercurio de Chile, 14 de septiembre, 2006.
[6] Ibíd.
[7] Ibíd..
[8] Ibíd.
[9] Ibíd.
[10] El Mundo de España, 14 de septiembre, 2006.
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