¿Palestina vs. Palestina?
La situación en los Territorios Ocupados es lamentable. Desde hace dos días que las milicias de Al Fatah se han enfrentado a las de Hamas en uno de los episodios más contradictorios de la historia de la Revolución Palestina.
Lo que estamos presenciando es un producto más de la ocupación militar israelí y de la negación del mundo “occidental” a aceptar que un proceso democrático puede llevar a resultados “no deseados”. En efecto, el gobierno de Hamas ha resultado una tarea imposible luego que la comunidad internacional decidiera bloquear los fondos de ayuda que en gran medida habían venido sosteniendo durante más de una década a una Autoridad Nacional Palestina que, por el nulo control que ejerce sobre Cisjordania y Gaza, no ha representado una vía para la conformación de un Estado Palestino viable.
La huelga de trabajadores públicos, sumada a la de profesores ha dado pie a una crisis interna de la cual era de esperarse un aumento de la tensión entre los dos principales partidos palestinos. Al Fatah había sufrido el desdén del pueblo palestino producto de un proceso de paz que sólo logró instalar a una cúpula gobernante y protegida por Israel frente a toda una nación que no conseguía el derecho mínimo a la autodeterminación. Pero en esta huelga, el partido de Mahmud Abbas vio la posibilidad de retomar el control a partir de la crisis que puso en jaque principalmente a Hamas.
Dentro del mismo partido Al Fatah han venido sucediendo cambios de importancia. Los sectores más jóvenes habían venido radicalizando sus posturas frente a la burocracia gubernamental y han exigido reformas estructurales que ya habían clocado en una difícil situación a Abbas. De hecho, ciertos sectores de Al Fatah ni siquiera reconocen los acuerdos con Israel, base de la existencia de la ANP.
El Yedioth Ahranoth, periódico israelí, citó una fuente palestina del gobierno diciendo que "la presión aplicada por los Estados Unidos en Abu Mazen (Mahmud Abbas) impide el establecimiento de un gobierno de unidad en la Autoridad Palestina." Y el domingo por la tarde en una entrevista con la televisión de Al-Jazeera, Abbas dijo, "soy el Presidente, yo tengo el derecho de disolver el gobierno y llamar a nuevas elecciones en este momento. Pero preferiría que encontramos otra solución".
La posición de no compromiso de Abbas respecto al gobierno de unidad nacional, sumadas a su visita a los EE.UU. y las conversaciones con el primer Ministro israelí, han aumentado la tensión entre su partido, Al Fatah, y el partido rival Hamas que fue puesto a cargo del gobierno palestino en enero después de ganar las elecciones legislativas.
El gobierno de Hamas formó recientemente una "Fuerza Ejecutiva" de patrullas de seguridad en Gaza, y es aparentemente este grupo el que ha chocado con las Fuerzas de Seguridad leales a Abbas y del partido Al Fatah el domingo, teniendo como resultado ocho muertos y por lo menos cincuenta heridos.
Las 'Brigadas de los Mártires de Al Aqsa', facción armada vinculada a Al Fatah, amenazaron con atacar instituciones de Hamas en Cisjordania en respuesta a los acontecimientos ocurridos en Gaza y la muerte de dos miembros de la guardia presidencial. Milicianos de Al Fatah provocaron un incendio y efectuaron varios disparos contra la sede del Parlamento en la ciudad cisjordana de Ramallah[1].
Hamas es conocido como un grupo "terrorista" por Israel y los EE.UU. por su participación en ataques contra civiles israelíes. Desde febrero 2005, sin embargo, Hamas ha adherido a una tregua con Israel, a pesar de las centenares de infracciones israelíes a la tregua que ha tenido como resultado más de 500 palestinos asesinados desde el año pasado (en el mismo período de tiempo, un israelí ha sido muerto por combatientes de Hamas).
Esta mañana Hamas y Al Fatah trabajan juntos para evitar las luchas internas en los Territorios Ocupados Palestinos, dijo Dr. Salah Bardaweel, el portavoz del bloque de Hamas en el Consejo Legislativo Palestino. Dr. Bardaweil dijo a la prensa que "Todos expresaron el interés y asumieron sus responsabilidades en pos de terminar con esta tensión”[2].
Los dos partidos concordaron en garantizar la libertad de opinión y expresión, según la ley, y calmar la situación terminando los ataques armados hacia bienes públicos y bancos privados y en parar los cierres de calles. El Ministro del Interior deberá ordenar a la fuerza ejecutiva salir a las calles, y formar un equipo conjunto, que incluiría todas las fuerzas nacionales de seguridad y la fuerza ejecutiva.
Ambos partidos concordaron en formar una comisión de la indagación para investigar los incidentes y detener a los responsables de la violencia. El ministro del Interior, Siad Seyam, ha acatado una orden presidencial y ha ordenado a 3.500 efectivos de Hamas que dejaran las posiciones tomadas en Gaza para reprimir a los miles de empleados públicos que protestaban contra el Gobierno, entre estos el personal del aparato de seguridad, pues llevan siete meses sin cobrar el sueldo[3]. Las declaraciones de Siyam se dan después de un encuentro entre Hamas y Al Fatah el domingo, bajo la supervisión de Egipto.[4]
Lo que estamos presenciando es un producto más de la ocupación militar israelí y de la negación del mundo “occidental” a aceptar que un proceso democrático puede llevar a resultados “no deseados”. En efecto, el gobierno de Hamas ha resultado una tarea imposible luego que la comunidad internacional decidiera bloquear los fondos de ayuda que en gran medida habían venido sosteniendo durante más de una década a una Autoridad Nacional Palestina que, por el nulo control que ejerce sobre Cisjordania y Gaza, no ha representado una vía para la conformación de un Estado Palestino viable.
La huelga de trabajadores públicos, sumada a la de profesores ha dado pie a una crisis interna de la cual era de esperarse un aumento de la tensión entre los dos principales partidos palestinos. Al Fatah había sufrido el desdén del pueblo palestino producto de un proceso de paz que sólo logró instalar a una cúpula gobernante y protegida por Israel frente a toda una nación que no conseguía el derecho mínimo a la autodeterminación. Pero en esta huelga, el partido de Mahmud Abbas vio la posibilidad de retomar el control a partir de la crisis que puso en jaque principalmente a Hamas.
Dentro del mismo partido Al Fatah han venido sucediendo cambios de importancia. Los sectores más jóvenes habían venido radicalizando sus posturas frente a la burocracia gubernamental y han exigido reformas estructurales que ya habían clocado en una difícil situación a Abbas. De hecho, ciertos sectores de Al Fatah ni siquiera reconocen los acuerdos con Israel, base de la existencia de la ANP.
El Yedioth Ahranoth, periódico israelí, citó una fuente palestina del gobierno diciendo que "la presión aplicada por los Estados Unidos en Abu Mazen (Mahmud Abbas) impide el establecimiento de un gobierno de unidad en la Autoridad Palestina." Y el domingo por la tarde en una entrevista con la televisión de Al-Jazeera, Abbas dijo, "soy el Presidente, yo tengo el derecho de disolver el gobierno y llamar a nuevas elecciones en este momento. Pero preferiría que encontramos otra solución".
La posición de no compromiso de Abbas respecto al gobierno de unidad nacional, sumadas a su visita a los EE.UU. y las conversaciones con el primer Ministro israelí, han aumentado la tensión entre su partido, Al Fatah, y el partido rival Hamas que fue puesto a cargo del gobierno palestino en enero después de ganar las elecciones legislativas.
El gobierno de Hamas formó recientemente una "Fuerza Ejecutiva" de patrullas de seguridad en Gaza, y es aparentemente este grupo el que ha chocado con las Fuerzas de Seguridad leales a Abbas y del partido Al Fatah el domingo, teniendo como resultado ocho muertos y por lo menos cincuenta heridos.
Las 'Brigadas de los Mártires de Al Aqsa', facción armada vinculada a Al Fatah, amenazaron con atacar instituciones de Hamas en Cisjordania en respuesta a los acontecimientos ocurridos en Gaza y la muerte de dos miembros de la guardia presidencial. Milicianos de Al Fatah provocaron un incendio y efectuaron varios disparos contra la sede del Parlamento en la ciudad cisjordana de Ramallah[1].
Hamas es conocido como un grupo "terrorista" por Israel y los EE.UU. por su participación en ataques contra civiles israelíes. Desde febrero 2005, sin embargo, Hamas ha adherido a una tregua con Israel, a pesar de las centenares de infracciones israelíes a la tregua que ha tenido como resultado más de 500 palestinos asesinados desde el año pasado (en el mismo período de tiempo, un israelí ha sido muerto por combatientes de Hamas).
Esta mañana Hamas y Al Fatah trabajan juntos para evitar las luchas internas en los Territorios Ocupados Palestinos, dijo Dr. Salah Bardaweel, el portavoz del bloque de Hamas en el Consejo Legislativo Palestino. Dr. Bardaweil dijo a la prensa que "Todos expresaron el interés y asumieron sus responsabilidades en pos de terminar con esta tensión”[2].
Los dos partidos concordaron en garantizar la libertad de opinión y expresión, según la ley, y calmar la situación terminando los ataques armados hacia bienes públicos y bancos privados y en parar los cierres de calles. El Ministro del Interior deberá ordenar a la fuerza ejecutiva salir a las calles, y formar un equipo conjunto, que incluiría todas las fuerzas nacionales de seguridad y la fuerza ejecutiva.
Ambos partidos concordaron en formar una comisión de la indagación para investigar los incidentes y detener a los responsables de la violencia. El ministro del Interior, Siad Seyam, ha acatado una orden presidencial y ha ordenado a 3.500 efectivos de Hamas que dejaran las posiciones tomadas en Gaza para reprimir a los miles de empleados públicos que protestaban contra el Gobierno, entre estos el personal del aparato de seguridad, pues llevan siete meses sin cobrar el sueldo[3]. Las declaraciones de Siyam se dan después de un encuentro entre Hamas y Al Fatah el domingo, bajo la supervisión de Egipto.[4]
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