Naciones Unidas acusa a Israel del “uso totalmente inmoral” de bombas de racimo en el Líbano
Naciones Unidas ha tenido que pronunciarse respecto al uso ilegítimo e inmoral que Israel ha hecho de armas prohibidas por las convenciones internacionales. Al parecer al organismo internacional comienza a pesarle el no haber actuado a tiempo mientras el Ejército Sionista masacraba a más de mil doscientas personas, la gran mayoría de ellas civiles inocentes. Lamentablemente, la ONU está desnivelada por los intereses norteamericanos en la zona y debemos sospechar que el retraso en plantear soluciones a una situación tan urgente está ligado a la presión que Estados Unidos ejerció para permitir actuar libremente a Israel.
Hoy, el subsecretario general para Asuntos Humanitarios de la ONU, Jan Egeland, ha acusado a Israel del uso "totalmente inmoral" de bombas de racimo en el Líbano. Asegura que los expertos de la ONU han encontrado hasta 100.000 de estos artefactos sin explotar en 359 localidades. Cada uno de estos proyectiles contiene 184 pequeñas bombas -del tamaño de una granada- que se desperdigan sobre el terreno, convirtiéndolo en un campo de minas.[1]
La ONU ha obtenido esta información a través de su Centro de Coordinación de Minas en Líbano después de examinar cercar del 85% de las áreas bombardeadas por la aviación israelí, según Egeland. "Las bombas han afectado a muchas casas y muchas granjas. Estarán con nosotros muchos meses, tal vez años", ha añadido el responsable de la ONU.[2]
Los explosivos se confunden con la tierra o el cemento, por su color pardo se ocultan fácilmente entre la maleza o se confunden con piedras. Todas las personas que se encuentren a una distancia de 15 metros a la redonda de ellas pueden resultar muertas o gravemente heridas. La distancia de seguridad es de 30 metros, según los expertos. "Lo que es chocante y para mí completamente inmoral es que el 90% del lanzamiento de estas bombas ocurrió en las últimas 72 horas del conflicto, cuando se sabía que había una resolución para poner fin a la guerra", ha afirmado Egeland en Nueva York. La Convención de Ginebra sólo permite utilizar este tipo de bombas contra objetivos militares, pero la mayoría de las que han encontrado los expertos de la ONU se hallan en áreas civiles.[3]
La denuncia de la ONU llega el mismo día en que su secretario general, Kofi Annan, se ha entrevistado con el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, en Tel Aviv. Olmert ha rechazado levantar el bloqueo aéreo y marítimo sobre Líbano, como le ha pedido Annan.[4] El primer ministro israelí no respondió a las exigencias de Annán para el levantamiento del asedio, y cuando fue preguntado al respecto por un periodista hizo únicamente un llamamiento a la aplicación en su totalidad de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 1.701[5]. No puede resultar menos que curiosa la preocupación del gobierno sionista, considerando que Israel es el país que más violaciones ha realizado a las resoluciones de Naciones Unidas.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, dijo que las fuerzas de defensa israelíes, Tsahal, permanecerán en Líbano “varias semanas” y que su retiro sólo ocurrirá “inmediatamente después del arribo de un número razonable de fuerzas internacionales”[6], hecho que evidentemente continua violando el derecho de El Líbano de controlar sus fronteras y hacerlas seguras de Israel para sus habitantes.
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